Noticiario Crítico de Carlos Estrada *
Desde el respeto por todos, sin intenciones de ofender investiduras ni finas sensibilidades. Sé que no puedo generalizar porque habría excepciones, pero lo que voy a detallar es realidad innegable.
Espero que el 20 de junio, Día de la Bandera, no se hayan multiplicado los dobles discursos y actos de falso “homenaje” en la Capital Federal (desconozco la situación en otros lugares del país), porque durante todo el año la bandera es exhibida humillada y olvidada en mástiles de edificios de los tres poderes máximos de la República: Congreso, Palacio de Justicia y Plaza de Mayo, es decir, arrugada y mojada las noches de tormenta y lluvia por intencional descuido. Es más, aparentemente quieren extender la ofensa -leí en un diario importante- sacándole el sol a pedido de ciertos “iluminados” y reemplazarlo por un símbolo ajeno a respeto y a lo patriótico, inexplicable desprecio y burla a muchos gloriosos próceres nacionales que nadie recuerda y reemplazan por figuritas desconocidas.
El sospechoso olvido de la bandera en noches lluviosas se observa también en sedes policiales, oficinas nacionales, dependencias del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, colegios públicos, edificios de la provincia de Buenos Aires, etc. Reitero: en todo hay excepciones.
Las autoridades habrían llevado a la extinción a la escarapela, tampoco enseñan a valorar al himno nacional, obsérvese cualquier acto público e incluso en las grandes manifestaciones frente a sedes parlamentarias donde se le presta poca atención y no hay sentimiento de respeto; innumerables personas caminan, gritan, golpean tambores, exhiben raras insignias y centenares de jóvenes permanecen sentados en la calle tomando cerveza y vino; himno que en actos oficiales es interpretado de manera diferente por cantantes de la simpatía de altos funcionarios de turno, los que serían caprichosamente elegidos para cantarlo (pronto lo entonarán estilo cueca o carnavalito).
Llevo más de cuarenta años ejerciendo periodismo no comprometido y fiel a la verdad, por ende, no comulgo con el pan y circo; desde la cuna aprendí a respetar profundamente todas las veredas, no ser adicto a patrones políticos y tampoco ser sobornable o influenciable.
La Patria marcha a la deriva a raíz de tremendos sacudones al timón desde todos los ángulos, con "líderes" y candidatos desesperados por la repartija de cargos, listos para desprestigiar al opositor y así enquistarse en sillones de poder (no generalizo), con ambiciones desmedidas y ubicarse rápido de espaldas al sometido pueblo no influyente (no sería raro que varios adoren una bandera de color diferente).
El país tendría que desarrollarse en un marco de honestidad, transparencia y armonía, pero lamentablemente hace largo tiempo que el más de lo mismo nos ha alejado del primer mundo y aferrado (¿“orgullosos”?) a la cola del subdesarrollo.
CARLOS ESTRADA (hijo de hogar patricio) *escritor y periodista de investigación, ex periodista parlamentario y ex columnista de revistas jurídicas entre otros medios de prensa.
Buenos Aires, Argentina, 20 de junio de 2011.
SI ASÍ TRATAN A LA BANDERA...
(2a. parte)
Aparentemente, el acto oficial del 20 de junio pasado en Rosario, provincia de Santa Fe, terminó siendo una convocatoria para propaganda política de las autoridades nacionales (según reflejaron innumerables medios de prensa), causando disgusto al intendente local y otros funcionarios porque se habría desviado la exclusiva finalidad de homenajear al mayor símbolo de la Patria, incluso tomó estado público la novedad que la bandera nacional tendrá que estar enarbolada los 365 días del año en los edificios públicos por Decreto Oficial, cosa que tendría dos lecturas: hacer creer que así se honra a la misma, cuando en realidad se estaría garantizando la ofensa de tenerla permanentemente izada, sucia (no puede ser lavada), rota y más humillada los días de lluvia y durante noches de tormenta. Supongo que luego serán disueltos los Granaderos a Caballo, el general José de San Martín desaparecerá de los libros y también de la enseñanza en los colegios primarios; las monedas y billetes llevarán impresa cualquier imagen ajena a nuestros próceres, un día podría flamear bandera de color diferente, incluso Argentina cambiar de nombre.
Quede claro que mi comentario es profundamente respetuoso, quiero a mis semejantes, espero lo mejor de cada funcionario oficial, no tengo preferencias políticas y sueño con una nación creciendo en paz: políticos transparentes, gobernantes desinteresados y desprovistos de fanatismos, sencillos, bondadosos, sensibles, que siembren caminos éticos, que hagan grande al país sin injusticias y sin tanto desorden. Son deseos sanos y dudas en base a como se van dando las cosas, nada más. Es tristeza.
CARLOS ESTRADA (periodista)
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